Industrias Kaiser Argentina con sede en la provincia de Córdoba, inició en 1958 un proyecto de difusión del arte con la creación del I Salón IKA. La organización convocó a artistas cordobeses y en las ediciones sucesivas extendió la propuesta a las provincias del interior. En 1961 lanzaron un certamen bienal a nivel nacional con proyección internacional.
En la planta baja del Palacio Ferreyra –hoy Museo de Bellas Artes Evita-, se pueden observar un conjunto de producciones de los Salones y las Bienales Americanas de Arte. Las creaciones de los artistas congregados evidencia una pluralidad de referentes y lenguajes vinculados a la geometría, el arte pop, el expresionismo o un informalismo de tono americanista. Se encuentran obras como “Rita Tushinghan y nube” de Delia Cancela y “Rhyma Dip III” de César Paternosto entre otras.
¿Qué sucedió entonces con esa época de gran vitalidad en la creación artística? ¿Por qué hoy no tenemos una empresa como Industrias Kaiser Argentina que invierta en la difusión del arte?
María Cristina Rocca y Ricardo Panzetta en su trabajo de investigación “Bienales Americanas de Arte de Córdoba: públicos y recepciones”, sostienen que “…el golpe militar coincidente a la Tercer Bienal, el descreimiento de cerrar la brecha de desarrolllo, la obliteración de los espacios democráticos, la incapacidad de IKA para responder a los reclamos internos de sus obreros y empleados y el enorme grado de compromiso de Estados Unidos en aventuras bélicas hicieron añicos lo que durante años funcionó como una conjunción entre el público, los artistas modernos, la empresa y el Estado…”
La semana pasada, tuvo lugar la cuarta edición de un programa cultural que reúne artistas, galeristas, curadores, coleccionistas, referentes de las artes visuales y público de todo el país. Según sus organizadores, la Municipalidad de Córdoba y la Fundación Pro Arte, este espacio apunta a visibilizar la escena artística de la ciudad en diálogo federal, promoviendo la circulación de artistas y contribuyendo al fortalecimiento del mercado del arte contemporáneo.
Acompañan este aspecto comercial de Mercado de Arte, un Premio Federal de Intervención de Arte Público, actividades satélites en museos y espacios de arte y un Encuentro General de Residencias. Sobre estos tres puntos me interesa particularmente explayarme, ya que considero son los que nos podrían acercar al espíritu de construcción de décadas anteriores.
Federalización del Arte Público El Premio Federal Arte Contemporáneo-Intervención en Espacio Público fue coordinado por Sofía Pechs y el ganador fue “Mundos Dispersos” de Leonardo Cavalcante de Buenos Aires, seleccionado por Inés Katzenstein, Francisco Alí Brouchoud y Carina Cagnolo entre mas de sesenta proyectos. Además del apoyo del Fondo Nacional de las Artes, el artista contó con el respaldo de la única fábrica de bolitas y bolones en Sudamérica: Tinka. Su obra tuvo como soporte a la ciudad donde sutilmente distribuyó cinco mil bolitas que sorprendieron al público de la feria y a los locales en los sitios más expuestos y quizás menos observados: en mi caso, encontré solo una en el contexto de La premonición de Gersaint, una construcción colectiva de arte contemporáneo y coleccionismo presentada en el Museo Genaro Pérez.
Entrada Combinada En el recorrido de la ciudad una propuesta interesante es la entrada combinada para visitar tres museos: Ferreyra-Caraffa-Dionisi.
En el Museo Superior de Bellas Artes Evita-Palacio Ferreyra, la colección permanente dialoga con piezas contemporáneas excelentemente seleccionadas por el personal de la Institución.
En sus salas principales, el Museo Emilio Caraffa presenta exquisitas exhibiciones de Antonio Seguí y Liliana Porter. Está presente en el Festival de la Luz con la muestra “Espíritus del Museo” de Andrés Wertheim. En las salas de los pisos superiores se pueden recorrer: Mujeres públicas, Delta o el sentido de la ubicuidad, Creencia, Sudario y A gogó Dancer Dadá.
En el Museo Palacio Dionisi conmueve la exhibición de fotografías de Andy Goldstein- Sus imágenes revelan –en palabras del artista- los interiores de viviendas donde se desarrolla la vida familiar con dignidad en la pobreza. Rasgo común en las capitales latinoamericanas son los asentamientos precarios que alcanzan hoy una población de 111 millones de personas (según el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos). Goldstein tomó estas fotografías en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Perú, México y República Dominicana.
Fuera de este circuito centrico, cabe destacar la muestra 11+1 del Museo Chateau - CAC Centro de Arte Contemporáneo, donde Ramiro Vazquez fue invitado por el Museo junto a Manuel Quiroga a seleccionar artistas en un rango etario entre 30 y 50. A sabiendas del riesgo que esto implica, la muestra permite descubrir artistas que no están en otros espacios. Aquí, la obra de Lucas Jalowski –carbonilla sobre papel- no pasa desapercibida por su sensibilidad y fuerza.
En cada uno de estos espacios, hay carteles, volantes, pancartas donde los empleados denuncian “sin trabajo no hay cultura”. Piden reincoporaciones de despedidos, paritarias, pase a planta permanente de contratados y reconocimiento de los concursos aprobados.
Residencias y sus resultados en los artistas participantes El Encuentro General de Residencias tuvo participantes de Buenos Aires, Río Negro, Rosario, Santa Fe, Córodoba, Misiones, Neuquén y Salta. Además de poder abordar temas puntuales, fue interesante la ocasión para cruzarse con distintos participantes, sus obras y los gestores que llevan adelante estos proyectos tan fundamentales para el desarrollo artístico contemporáneo.
Tal es el caso de Suyai Otaño de “Manta” quien presentó a Marcos Mangani. Durante su paso por el sur argentino, Mangani desarrolló “El Paisaje se fotografía a sí mismo”, una reflexión sobre la luz y el paso del tiempo: el registro de la luz interviniendo y modificando diferentes soportes en un espacio de tiempo. Este proyecto también fue desarrollado durante la residencia llevada a cabo en Kiosko (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia), residencia también presente en Mercado de Arte a través del área Zona Limítrofe.
Otro espacio donde encontrar a los participantes de residencias como R.A.R.O. fue Zona Bonino. Galerías jóvenes, experimentales, espacios autogestionados y proyectos artísticos de la escena local y nacional dialogaron con los visitantes. Lateral de Tucumán, presentó los trabajos de Gaspar Nuñez quien participó de la residencia R.A.R.O. en 2015 con su Castillo de Humo.
Gabriela Acha, participante de la misma residencia pero edición 2016, presentó sus obras en la galería Picadilly en Zona Carlos Crespo donde galerías con vasta trayectoria se encontraron con aquellas que están en proceso de crecimiento. Lo notable en R.A.R.O. es que sus creadores, Almúdena Blanco (Madrid), Lina Angel y Felipe García (Bogota), son extranjeros que eligieron Buenos Aires para desarrollar su proyecto invitando a artistas del interior y del mundo.
Zona limítrofe Siguiendo la línea internacional, las galerías de países limítrofes se destacaron por sobre el resto por sus obras, montajes y excelente predisposición al diálogo. Algunas atendidas por artistas y otras por sus creadores, todas ellas con propuestas renovadoras y mucho trabajo en la consolidación de su perfil.
Tal es el caso de Nube de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, quien diferencia su función de acompañamiento a los artistas en el desarrollo de su trabajo en una plataforma de ehxibición y encuentro con el público; del que realizan en Kiosko –espacio alternativo independiente- que cuenta con sala de exposición, biblioteca, residencias artísticas y cafetería y por supuesto del que tienen a través del Art Store.
Sorprendente y difícil de abarcar todo lo lo que sucede en Córdoba, luego de 48 horas de estar allí, regresé a Buenos Aires con la sensación optimista de un futuro que nos acerque al punto donde artistas como Delia Cancela presentaron obras tan emblemáticas –hoy en la Colección del Museo Evita- signo de un mundo donde la cultura ocupa el lugar que merece.