Si uno se pregunta ¿qué es Panal361? la respuesta es concreta: un pequeño universo para artistas y diseñadores, un espacio multidisciplinario de creativos en el que cada miembro puede enriquecerse de la sinergia generada por el trabajo, la inspiración y el intercambio con los demás.
En el marco de esa sinergia tuvo lugar durante dos meses la residencia del curador Martim Dias, la cual concluyó con la exhibición Quid pro quo. Dias actualmente es curador de la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, lugar al cual accedió luego de ganar el programa Se busca comisario. Anteriormente trabajó en Factoría Cultural Madrid y Laissez Faire Art Agency de Portugal entre otros espacios y proyectos culturales.
Conserva algo de acento de su Portugal natal, y en el poco tiempo en Argentina ha sabido añadir algunos modismos muy porteños a su español madrileño. Esto no es un rasgo menor, siendo que la comunicación con un vocabulario preciso es fundamental para su trabajo en relación a los artistas contemporáneos.
Mucho antes de Quid pro quo, tuvo lugar Cuestionamiento la exhibición que le abrió las puertas a su actual función en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. Allí, la exhibición se desarrolló durante seis meses y en dos etapas: Territorio y Sociedad. Teniendo como punto de partida la mirada de siete jóvenes artistas, su intención fue llevar al visitante a cuestionar ideas previamente establecidas. Tales como lo que es o puede ser un territorio, la manera en que lo habitamos y lo construimos; y por otro lado, el abordaje de distintas problemáticas sociales y culturales.
Acompañando a la muestra fue editado un catálogo de algo más de doscientas páginas, donde se da cuenta del proceso expositivo, la investigación del curador, las obras y sus creadores, textos complementarios y actividades que fueron realizadas en conjunto con el Centro Municipal de Mayores La Guindalera.
Tiene particular relevancia conocer esto antes de adentrarnos en lo que fue la muestra en Panal361, ya que Dias partió de los mismos temas y relacionó a cuatro artistas europeos con cuatro colegas argentinos. Desde el título Quid por quo se anuncia una vuelta de tuerca a su exhibición madrileña. El título tiene dos acepciones. La primera nos habla de la cosa que sustituye, o de algo equivalente, de lo que se recibe como compensación. La segunda, del error que consiste en tomar a alguien o algo por otra persona o cosa.
Mi experiencia al recorrer la muestra me inclina a pensar que es la segunda acepción la más acertada. Porque Dias juega con la relación entre las obras y sus artistas. A veces por temática, otras por soporte. Pero siempre ceñido a su hilo conductor en el recorrido.
En la primera sala, el sonido del desgaste de una obra nos lleva a la pieza siguiente.Mirando fijamente desde la oscuridad, emergen las formas y texturas entre las densas pinceladas negras.
Y esta pintura conecta con unos troncos, en cuyos extremos no vemos ni duramen ni albura, sino unas placas de bronce que ocultan las líneas de crecimiento. Mientras, en la segunda sala, un video, unas fotografías y unas piezas en papel se presentan con un montaje fluido, minimalista, dando espacio a cada una de ellas pero sin alejarlas entre sí.
En palabras de Dias “…Las diversas representaciones de la naturaleza intentan provocar en el visitante una lectura errada. A veces está confusión surge de una simple alteración, como es el caso de un video de un hombre de un pueblo primitivo cuya imagen proyecta una sombra artificial creada por el artista –que no pertenece al film original del que fue extraído y que sería físicamente imposible en nuestra realidad…”
Dias conoce a sus artistas y sus obras. Las describe con el entusiasmo de quien sabe que esa pieza y solo esa pieza es la indicada para plasmar el concepto, la idea, la sensación que su recorrido busca trasmitir, dando prueba de su disciplinado trabajo de investigación.
Previo a la inauguración y en el marco del conversatorio de residencias artísticas Match Point*, artistas, residentes y gestores contaron sus experiencias.
El objetivo de estos encuentros es compartir vivencias, intercambiar opiniones y dar cuenta de la amplia gama de opciones que se despliegan a nivel nacional e internacional en lo que a residencias de arte se refiere. Este ida y vuelta, además, se propone crear un espacio en donde los diversos agentes del campo artístico confluyan para reflexionar.
Y fue allí donde Martin Dias dio las conclusiones a las que arribó luego de dos meses en Buenos Aires. En su opinión, no hay diferencias entre las obras de los artistas locales y los que a menudo frecuenta en España, Portugal o Alemania. Sin embargo, hay una sola situación que reconoce como insalvable de este lado del mundo, y es la inferioridad de condiciones para acceder a condiciones de financiamiento. Similares condiciones lo llevaron de Portugal a España.
Quizás para algunos de los artistas que se cruzaron con este curador, exista en el futuro la posibilidad de exhibir en otros espacios, replicando el camino realizado por Dias.
* Match Point es una iniciativa generada por PANAL361 y R.A.R.O. en la que se realizarán diferentes encuentros en el transcurso del año para poner en discusión el tema de las Residencias Artísticas. En cada encuentro se invitará a curadores, gestores, y artistas que hayan participado de alguna forma en residencias en Buenos Aires o en otras ciudades del mundo.