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FREEDOM FOR THE ARTS!

Una ciudad como Berlín debería de ser visita obligada -bajo prescripción médica- para todos los que amamos las expresiones artísticas. Centro de atención para creativos, filósofos, sociólogos, pensadores y políticos a lo largo de la historia, hoy no escapa a la situación económica mundial que atraviesan estas disciplinas.


Visto desde Latinoamérica -y pese al movimiento que pone en señal de alerta a la comunidad cultural alemana- aquí aún funcionan con financiamiento público gran parte de las universidades, centros culturales, cines, teatros y espacios de exhibición. Es cierto que el presupuesto se ha visto reducido y se teme que en las próximas elecciones la extrema derecha lo reduzca aún más.

The Berlin Declaration of The Many manifiesta que el ataque que sufren las instituciones culturales demuestra el nivel de hostilidad que el populismo de extrema derecha constituye. Pero, ante todo, alzan la voz y afirman tener los pies sobre la tierra: declaran que este país ha visto manipular el arte para considerarlo degenerado y utilizar la cultura como herramienta de propaganda.

Quizás reconociéndose en la definición del académico Jean Claire -que hacia fines de los 90 causó revuelo en la sociedad francesa al plantear el perfil político-social del artista contemporáneo- hoy Alemania se sabe amenazada en los cimientos de su cultura y los artistas y creativos se ponen a trabajar.


A través de una original exhibición, alumnos de la Academy of Fine Arts Leipzig Media Art han decidido manifestar su preocupación sobre la reducción del presupuesto que el gobierno asigna al financiamiento de la educación artística. Junto a los docentes, han dejado todos los espacios vacíos -tanto los estudios como las áreas de exhibición-. Afirman que así será la vida cultural en este país si siguen reduciendo el presupuesto.


En Schinkel Pavillon aún pueden darse el lujo de encomendar un proyecto artístico a figuras internacionales -y de culto- como es el caso de Ed Atkins. En esta ocasión el artista actuó como curador para The Act of Seeing With One´s Own Eyes. Tuvo a su cargo el trabajo de Stan Brakhage y David Kamp, quienes proponen una experiencia visual y sonora descarnada.

En una sala la proyección de un film silente de 16 mm muestra el trabajo de patólogos en una morgue. La crudeza de la acción está intencionalmente marcada por el color y la textura de la imagen al límite del tono documental.

Subiendo la escalera, se accede a la segunda sala donde el sonido toma protagonismo dentro de un espacio octogonal completamente vacío.

En el texto curatorial, Atkins afirma que el sonido implica una presunción de veracidad y que por ello lo ha cambiado todo para el cine . Su busqueda de un film en modo silente pone de manifiesto la tensa relación entre el objeto y su representación.


Pensar en el rol del silencio dentro del arte contemporáneo despertó mi curiosidad. Siendo que recorrería en los siguientes días la mayoría de los sitios en la famosa Isla de los Museos no podía dejar de pensar en que la propuesta de Atkins tiene implicancias en los modos de ver.

¿Cómo observamos una obra en un museo? Por lo general en solemne silencio.




El Neues Museum -quien detenta la propiedad sobre el busto de Nefertiti- ha decidido que el acceso al mismo sea a través de un sinuoso recorrido de amplios pasillos que prevenga el amontonamiento del público.

En mi visita a Nefertiti -a quien corresponde presentarle nuestros respetos- sucedió que un grupo de jóvenes turistas comenzaron a hacer monerías y comentarios delante de la obra. Los poco amigables guardianes de la exclusiva sala se miraron entre sí -como decidiendo quién sería el verdugo- y en un alemán contundente los llamaron al orden y obviamente a mantener el silencio que la reina de la XVIII dinastía de Egipto merece.



Manteniendo el mismo solemne silencio, visité la Gemäldegalerie para admirar el autoretrato del joven Rembrandt. La profundidad de su mirada es tan exquisita como en los autorretratos que realizó en el final de sus días. Pareciera que el artista a sus 28 años, ya sabía el sinfín de desventuras que debería atravesar para poder pintar y pintarse.


Visité luego Ishtar sin alterar el protocolar silencio museístico. La famosa puerta de acceso a Babilonia que ha sido reconstruida con un trabajo arqueológico admirable conmueve al evocar tantos siglos de historia de la humanidad concentrados dentro de un museo.




Berlín está en permanente expansión y remodelación. Tal es el caso del Pergamonmuseum quien ha decidido ampliar el área destinado al arte islámico. Pese a la reducción de espacio, el sector de las alfombras se encuentra intervenido por piezas en papel que prueban cuan factible es mostrar lo histórico en forma contemporánea.

La artista húngara Zsanett Szirmay en colaboración con el músico Daniel Vikukel producen algo mágico: el sonido de los diseños. Esas tramas en papel distribuidas en las salas fueron anunciando el acceso a esta obra. Imitando el sistema de las cajas musicales, los diseños se transforman en sonidos. La artista quiere que uno sienta la obra y si nos descalzamos estamos autorizados a caminar sobre la alfombra con la garantía de descubrir cuan agradable puede ser el sonido de las flores.




Es invierno y pese a que ya no nieva, el color del parque Tiergarten es aún muy gris. Como los uniformes que se ven en las fotos de Checkpoint Charlie el famoso punto limite que tuvo la ciudad cuando estaba dividida por el muro y dejaba de un lado a los occidentales y del otro a los orientales.

Hoy convertido en un lugar donde sacarse fotos o comprar souvenirs, también rescata la información dura que da magnitud a el llamado sistema de seguridad fronterizo o “Anillo alrededor de Berlín”: de 5075 personas que trataron de cruzarlo murieron 1684.


Sabemos muy poco de la vida en Alemania Oriental. Yo tengo recuerdos de recibir correspondencia de amigos que vivían allí y la misma era revisada y perdía en parte su contenido. Pero esto no es nada al lado de todas las cosas que han sucedido -y según ahora comenzamos a escuchar- siguen sucediendo.




Ostalgie es la exhibición de la artista Henrike Nauman (nacida en Alemania Oriental en 1984) y se presenta en una galería muy de vanguardia KOW -meca para los artistas que utilizan video e instalación en sus obras-.

Nauman nos invita a recorrer una casa típica de Alemania Oriental con mobiliario que fue comprado en tiendas de segunda mano y algunas piezas de decoración que son objetos de su colección. Cuando estamos sumidos en el mundo de los colores ochentosos, los tapizados felinos y las alfombras más insólitas la artista dispara sin anestesia: sus videos son reconstrucciones a partir de los discursos de autoridades que luego de tirar el muro deciden contarle a los ciudadanos que la vida como la conocían ya no la tendrán más. Serán libres de transitar, pero ya no les pertenecerá ni la educación, ni la salud ni la cultura. Hubo manifestaciones que no llegaron a ser conocidas del otro lado del ya caído muro. Los habitantes del lado más oscuro fueron estafados.



El muro sigue presente en la ciudad, tiene su museo y hay tramos donde está marcada su presencia a través de placas recordatorias o líneas construídas en diversos materiales. Incluso algunos bloques intervenidos por artistas se conservan en puntos estratégicos.


Otro muro y otra situación es la que atraviesa a China y en la galería Times Art Center dan a conocer a algunos de sus más jóvenes artistas con obras de video, performance y videoperformance.

Como en la mayoría de las construcciones en Berlín, existe un espacio comunicador entre los edificios. Y esta galería invita a recorrer a cielo abierto un patio que tiene algunas imperdibles sorpresas: un cubo de cemento del cual parecen escaparse unas zapatillas y una pared lateral con un mural cuya imagen podría haber vivido en la Grecia Clásica.

Ya en la galería, la tecnología de vanguardia y el contenido de las imágenes en movimiento resultan abrumadoras.

Exceptuando una pieza cuyo sonido invade la totalidad de la sala, el resto de las obras dispone de auriculares para poder sumergirnos en cada una de ellas. Sobre un total de 22 artistas resulta difícil elegir una obra, pero debo destacar que la pieza que más me llamó la atención fue In love for the mood de Ming Wong. Quizás porque se trata de una animación muy original. Quizás porque el protagonista termina interpelando al público: ¿hay acaso diferencia alguna entre sexo y amor?


Aunque hoy es difícil restringir una obra a una disciplina, las preguntas y cuestionamientos parecen estar mucho más presentes en las obras en film, video y video instalación que en otros soportes.



David Wojnarowicz -un artista que en sus inicios no se reconocía como político- protagoniza en estos días la mayor exhibición de film y fotografía que ha recibido hasta la fecha: el KW Institute for Contemporary Art le rinde justo homenaje por su práctica artística y social, señalando la acción de denuncia que el artista realizara en sus últimos años de vida para visibilizar el abandono que sufrían los pacientes HIV positivos por parte del gobierno de EEUU.

El KW manifiesta que Wojnarowicz y sus cuestionamientos deben inspirar a las nuevas generaciones en particular aquellas que habitan Berlín.



En el caso de Hito Steyerl su cuestionamiento gira alrededor de la circulación global de las imágenes. Recientemente su trabajo documental ha sido distinguido con el premio Käthe-Kollwitz 2019, el cual consta de una suma de dinero y una exhibición en la sede de la Academia de la Cultura.

Para aquellos que no conocen la obra de Käthe-Kollwitz vale decir que fue la primera mujer grabadora en ir acompañada de un fotógrafo a recorrer las trincheras y registrar a los heridos de la Primera Guerra Mundial. De allí en adelante su carrera siempre estuvo a contramano de los gobiernos, fue perseguida, sin embargo nunca dejo de producir obra ni de cuestionar todo aquello con lo que estaba en desacuerdo.

Durante los discursos de los miembros de la Akademie der Künste se coincidió en que la obra de Steyerl responde al pedido de Käthe-Kollwitz sobre encontrar la nueva forma para el nuevo contenido.

Mientras esta premiación tenía lugar en un auditorio colmado de personalidades del arte y la cultura, en la planta baja se agolpaba el público más joven -seguidor de Steyerl- para recorrer las obras más icónicas presentadas por primera vez en un mismo espacio.



Al igual que Steyerl sus seguidores comparten su visión sobre la cuestión ética en el arte reconociéndose parte de un sistema en el cual las galerías tienen un rol fundamental.

La más relevante de todas ellas en Berlín es König. Fundada en el año 2002 representa hoy a 39 artistas internacionales -emergentes y establecidos- quienes en su mayoría pertenecen a la joven generación.

El espacio -que supo ser una fábrica- hoy se ha transformado en dos inmensas salas de exhibición completamente aisladas, con la particularidad que su segunda planta parece flotar por sobre la estructura. Disponer de tantos metros cuadrados permite a artistas jóvenes no limitarse en volumen ni en dimensiones y la galería ofrece en este momento dos exhibiciones.


Rinus Van de Velde presenta en I´ve lived for so many days now una instalación de carton donde recrea un centro de computación que a simple vista nos hace creer que es tal. Insistiendo en nuestra capacidad de reconocer lo real en la imagen, sus pinturas -realizadas en base a fotografías sobre su vida personal- parecen cobrar vida en una escala de grises, blancos y negros muy del cine mudo.



Helen Marten tiene un cuerpo de obra que va desde la escritura a la escultura pasando por la pintura. En su nueva exhibición Fixed Sky Situation ha hecho uso de todos los elementos que tenía a su alcance poniendo a prueba los límites de lo que podría considerarse una obsesión: una acumulación de objetos que han sido creados con la intención de ser perfectos en sí pero que están ubicados aleatoriamente. Son tantos y tan detallados que observarlos se transforma en todo un desafío incluso para la vista mas avesada.



Objects of Wonder es la exhibición del Modern Tate que ha llegado a Berlín y cuentan orgullosos en el Palais Populaire que es la primera vez que llevan adelante una muestra con tantas piezas al tiempo que se trata del primer préstamo tan extenso por parte de la institución británica.

Son 70 obras seleccionadas desde 1950 y hasta la actualidad. Entre ellas se encuentra la fotografía famosa de Bruce McLean y su Pose Work for Plinths I, un neón de Tracey Emen y hasta Trinity de Damien Hirst.



Richard Deacon, uno de los artistas de la exhibición viajó especialmente desde Londres para conversar sobre su obra y el momento en que surgió este grupo de jóvenes dorados que constituyeron el mercado del arte inglés. Atribuyó el éxito de sus carreras a varios factores y destacó la relación entre la situación económica y política de su país en cada una de las etapas.


Deacon se presentó diciendo: “Acabo de darme cuenta que es la última vez que vendré a Alemania como un ciudadano. Que pena.” Esta expresión en referencia a la situación del Brixit que hoy tiene a Europa en vilo surge en consonancia con The Berlin Declaration of The Many: los artistas de toda Europa tienen los pies bien plantados en la tierra.

Si bien hay quienes los señalan como aquellos que viven una vida lejos de los compromisos y responsabilidades, hoy -como casi siempre- son los artistas los que se organizan y alzan la voz en cada ocasión que les es posible hacerlo. Mientras Berlín vibra como en el período entre guerras, los artistas gritan: Freedom for the Arts!




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