Cuando caminamos y sentimos en la punta de los dedos la textura del agua ¿dejamos de percibir la tierra de la ribera?¿Podemos advertir ese instante exacto en que dejamos la superficie para sumergirnos en la sustancia?
Según una de sus acepciones en la definición de la lengua española, orilla es el límite de la tierra que la separa del mar, de un lago, de un río, etc. En tanto límite divisorio, nos ofrece al menos dos lados desde donde contemplarlo y al mismo tiempo, propicia entre ellos el surgimiento de un espacio donde el devenir arrastrará consigo pequeños fragmentos en un continúo movimiento natural.
Adentrarnos en el río, pisar su suelo blando y amable, nos hace olvidar que solo existe un instante entre el afuera -donde el suelo es firme y seco- y su interior. Al salir, el mismo andar nos aleja de la naturaleza al acercarnos a las cuestiones que acontecen en las amplias extensiones de terreno circundantes. Allí suceden muchas cosas por las noches. Cosas que a la luz del día se convierten en tesoros a descifrar.
En su infancia, Alejo Arcuschin caminó las riberas cercanas a su barrio. Allí se desarrollaron las primeras pruebas, los primeros desafíos y las aventuras que hicieron de ese tiempo la base de una búsqueda interior. Hoy reproduce a través de pinturas de irregulares bordes, imprecisos y diminutos objetos, detalles de color que parecen atravesados por la niebla de evaporación del cauce de ese río -el de su infancia- sutilmente sugerido por trazos de color.
Los fragmentos que esa ribera le brindó -al igual que los recuerdos que evoca hoy- se entrelazan para dar forma a un híbrido cuerpo escultórico que toma el espacio -sin tensiones entres sus partes- confluyendo en una forma contingente de gran volumen.
La luz y su color, crean una atmósfera que invita a detenerse en la ribera del río y desde allí emprender otro tipo de viaje, de esos en los que solo se trata de soñar.
Cecilia Medina
La historia del infinito
Instalación: Escultura + Pintura
Artista: Alejo Arcuschin
Sobre la intervención sonora
En el marco de La noche de los museos, invitamos a los artistas Juan Manuel Lodi y Pablo Bannon, a traducir esta instalación y sus pinturas en sonidos que evocan el devenir del río y la vida de sus riberas.
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