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NO, NO ESTÁ BIEN. ESTÁ MAL.


pasadas las tres de la tarde cuando escuché a mi mamá atender el teléfono y responder a la madre de mi mejor amiga “Cecilia hoy no fue al colegio, está acá en casa”. Luego me preguntó si sabía por qué podría ser que mi amiga hubiese tardado tanto en llegar a su casa, si había alguna clase especial o algo que la pudiese haber demorado. Respondí que no y volví a mi cuarto.

Una hora después mi amiga me llamó y me contó que las habían dejado en penitencia porque habían descubierto que una de las chicas estaba descalza y sin la pollera del uniforme.


En aquel tiempo, en la escuela de monjas a la cual yo asistí había una tradición de hacer una broma para el día del cumpleaños; se le sacaban los zapatos a la homenajeada y se escondían en algún lugar del edificio. Algunas audaces los llevaban hasta la capilla y eso implicaba pasar un frío enorme -además del riesgo a ser descubierta por las monjas- al tener que cruzar todo el patio para recuperarlos.


Pero esta vez hubo una diferencia que dejó en evidencia odios y resentimientos típicos de toda sociedad. Las chicas ricas habían decidido sacarle a la cumpleañera no solo los zapatos sino también la pollera. Esto no era algo que pusiese en riesgo la integridad moral de nadie, porque el uniforme constaba de un guardapolvo que debía de ir por debajo de la rodilla y esto impedía saber si tenía alguien puesta o no la famosa pollera. Pero cuando en aguas tan turbias sucede la ocasión de venganza, no se demoran las vanidades en tomar el centro de la escena.

Las chicas resentidas por ser siempre despreciadas por las más adineradas, decidieron informar a viva voz que la cumpleañera no tenía su pollera puesta. Esto desató un escándalo mayúsculo: todas se quedaron después de hora castigadas mientras la dirección evaluaba las medidas a tomar. Según refieren se dijeron frases como “inclinaciones perversas”, “conductas inadmisibles para señoritas” y la lista siguió por largo rato.

Mi amiga me dijo que las iban a expulsar a todas del colegio. Le respondí que era imposible hacer algo así, estábamos en noviembre y claramente perderían el año.


Yo era delegada de mi curso y creí que era mi responsabilidad conocer qué había sucedido para poder ayudar en la situación. De modo que llamé a todas mis compañeras para que vengan a mi casa y me contasen lo que había pasado. Las denunciantes no vinieron, pero el resto tuvo asistencia perfecta. Yo no era amiga de ninguna de las involucradas. Pero si hay algo que nunca me gustó es que me digan que una cosa está bien cuando está mal.


A medida que sus padres las traían a casa, mi mamá conversaba con ellos y todos coincidían que la expulsión era un exceso. Se reunieron ellos también en casa y se acordó que la escuela debía dar una explicación. Ante el reclamo, no las expulsaron, pero las dejaron libres en todas las materias.


Mi mamá y otros padres fueron al Ministerio de Educación. Allí se comprometieron a hacer una investigación, que claramente no prosperó. De modo que la solución quedaba en nuestras manos. Decidimos que si a ellas les hacían rendir todas las materias, todas nos iríamos del colegio. Claramente eso no sucedió. Terminamos el año, ellas, las acusadas no podían continuar en el colegio porque se les negó la renovación de la matrícula. Mi mejor amiga y yo, nos fuimos con ellas. El resto, las denunciantes resentidas y todas las inertes testigos de la infamia siguieron allí hasta el final del secundario.

Yo tenía 15 años y en un curso acelerado de pocas semanas aprendí que la mugre se esconde bajo brillantes y pulcros escenarios desde donde se proclama defender los valores morales de la sociedad, protegiendo a seres perversos y corruptos que financian el buen nombre y honor que desde la época de las bulas la iglesia se encarga de gestionar para quien puede pagarlo. Hubo una alumna que no fue castigada, pese a haber sido identificada por las denunciantes como partícipe del hecho. Se trataba de la hija de un médico muy respetado -de los que iban a misa los domingos con toda la familia- y que contribuía con donaciones al funcionamiento de la institución.


Hace dos días, volví a sentir la misma sensación que hace treinta y cinco años, cuando leí un posteo de Alejandra Mizrahi donde informaba que la exhibición del Museo Nacional de la Independencia se levantó a pedido de la Dirección Nacional de Museos de la Secretaría de Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación.


Como en aquel entonces, me dirigí a las fuentes. Y si bien no pude invitar a Alejandra Mizrahi -curadora- a Carlota Beltrame -artista- ni a Cecilia Guerra -directora del museo- a mi casa, todas ellas han tenido la deferencia de brindarme su testimonio sobre lo ocurrido.


Para quienes desconocen la situación ocurrida en Tucumán con la exhibición Randa Testigo, les comparto la crónica que a través de un detallado comunicado -firmado por las trabajadoras de La Lola Mora- sirve para poner luz sobre la confusa información que nos llega a través de los medios locales y nacionales.


“...La muestra Randa Testigo fue pensada y realizada para ser expuesta durante el año 2020 en el Museo Nacional del Traje en Buenos Aires, donde se mostraron distintos aspectos de la práctica de la Randa. A partir de esta experiencia la Dirección Nacional de Museos decidió traer en el mes de julio de 2021 la muestra Randa Testigo a la provincia de Tucumán para ser alojada en el único museo nacional de la Provincia, el Museo Nacional de la Independencia - Casa Histórica de Tucumán… A partir de los primeros días de septiembre, y a días de las elecciones de las PASO, comenzó a circular hasta hacerse viral una imagen falsa en la que se ven pintadas con negro las palabras Montoneros, JP, y la imagen y nombre Evita sobre las paredes del Salón de la Jura de la Casa Histórica… En los medios Infobae y La Gaceta Tucumán se publicaron algunas opiniones de políticos haciendo referencia a convocatorias en la puerta de la Casa Histórica de Tucumán todos los días a las 20 hs. para repudiar la obra y la muestra hasta que las sacaran...La directora del Museo de la Casa Histórica Cecilia Guerra recibió en su celular amenazas contra su persona y su familia. Los trabajadores del museo y las artistas involucradas recibieron insultos y agravios...Ante las amenazas y la violencia ejercida, se realizó una reunión con las autoridades de la Dirección de Museos Nacionales y Secretaría de Patrimonio en la que informaron que ante la creciente violencia y para preservar y resguardar y resguardar la integridad física de las personas y del museo se decidía bajar la muestra en la sede del Museo de la Casa Histórica. Se solicitó que las mismas autoridades se encargasen de la comunicación de la decisión, pero ante la demora/falta de respuesta y las crecientes confusiones generadas al respecto nuestra colectiva brinda esta crónica de los hechos....”


Podrán observar en redes sociales el modo en que desde perfiles falsos o verdaderos se realizan denuncias sobre lo que allí aconteció y que es claro que no sucedió. Las obras no son lo que las falsas imágenes mostraron. Las paredes del museo no han sido violentadas.

Entonces, ¿por qué quitarlas si ha sido tan sencillo comprobar que no son ciertas las denuncias efectuadas sobre la integridad del museo, su colección y su arquitectura?


Jean-Luc Nancy señala que “el espacio de significación que el arte llamado contemporáneo hace surgir es un espacio de contradicción, de querella, incluso muy violenta, en cuyo centro se encuentra la cuestión del arte”


Pensé mucho en este concepto cuando escuché y leí a Alejandra, Carlota y Cecilia. La contradicción entre el relato de los medios y la realidad es absoluta. La violencia a la cual han sido sometidas no pareciera haber rozado la cuestión del arte, sino más bien, las ha atravesado a cada una de ellas sin que se advierta que esta afrenta se hace a la sociedad en su conjunto.


Alejandra Mizrahi, curadora de Randa Testigo, destaca que “la exposición proponía una mirada caleidoscopio sobre la Randa, el hacer de sus protagonistas, las relaciones de este hacer con el diseño y con el arte. Ponía en horizonte a esta técnica tan asociada a nuestro territorio e intentaba mostrar su complejidad técnica y discursiva.

Randa Testigo se instalaba en dos sedes en Tucumán, la segunda es el Centro Cultural Virla de la Universidad Nacional de Tucumán, allí continúa la exhibición de lo que correspondía a esa sede (randa y diseño). Por lo que ahora estoy trabajando en hacer que no se caigan las actividades previamente pautadas y comenzadas en el Museo de la Independencia, asegurando vía Centro Cultural Virla que se sigan dando los talleres y realizando las actividades acordadas.

Lo que me cabe ahora es seguir adelante y contar las cosas como fueron, o cómo las vivimos desde nuestro trabajo, así no nos nublan las fake news”.


La palabra contradicción aparece en la primera observación que me comparte Carlota sobre la sociedad tucumana. Es muy importante reconocer que la historia ha dejado una sociedad profundamente golpeada y dividida y hay momentos en los que aflora con mucha vehemencia estas diferencias entre un sector progresista e ilustrado y un sector conservador. Y es muy interesante la lectura que como artista realiza sobre la posibilidad de no haber advertido “la virulencia con la cual podrían reaccionar” ante la obra.

Una de mis preguntas tenía un error en su formulación: partía del concepto “en plena democracia”. Carlota me hizo notar con agudeza que nuestras democracias son endebles y que ciertos pensamientos de derecha están fortalecidos. Ciertamente las reacciones a esta exhibición así lo prueban.


¿Conoceríamos acaso sin estos incidentes que el 15 de febrero de 1971 un grupo de jóvenes había ingresado a la Casa Histórica de Tucumán haciéndose pasar por turistas para luego reducir al personal de seguridad y hacer pintadas en las paredes?


Poner en contraste estas realidades en el mismo espacio que acontecieron fue el objetivo de la obra de Carlota quien comparte con Walter Benajmin la idea de que “a la historia hay que pasarle el cepillo a contrapelo”


“El origen del conflicto no tiene que ver con lo artístico ni con lo histórico, que es de donde nosotras lo hemos encarado” señala Cecilia Guerra. Sin desconocer que hay parte de la sociedad que no desea debatir, ni repensar nuestra historia, y entendiendo -al momento de su concepción- que esta exhibición podría ser polémica; así y todo, nunca se pensó que se podrían vivir situaciones tan violentas como las acontecidas.

Resguardar la integridad del museo, de su patrimonio, de la directora -quién recibió todo tipo de amenazas y cuestionamientos- se transformó en la urgencia que desencadenó la decisión de las autoridades de bajar las obras de la Casa Histórica de Tucumán.


He sentido una profunda tristeza desde el momento en que conocí la noticia. Con el correr de las horas, al investigar en la redes y en los diarios las repercusiones, me invade la indignación y la vergüenza. Las mismas que hace treinta y cinco años me hicieron sentir las monjas estigmatizando a las chicas bajo el título de “inclinaciones perversas”, mis compañeras de curso victimizando a sus pares, las autoridades del Ministerio de Educación mirando para otro lado y el cuerpo docente de mi colegio privilegiando sus sueldos.


Sin embargo, allí estaban mi madre y mi amiga, que como hoy Alejandra, Carlota y Cecilia, dan pelea y defienden la verdad por sobre todas las cosas. Y también están las sabias palabras que Alberto Kornblihtt le dijo a la Senadora Silvia Elías de Perez -casualmente representante de Tucumán- en el marco de las audiencias públicas previas al debate en el Congreso de la Nación de la ahora ley 27610 cuando le remarcó: “No, no está bien. Está mal”.


Lo que sucedió en Tucumán, en la misma casa donde se declaró nuestra independencia nacional, NO ESTÁ BIEN, ESTÁ MAL.



Cecilia Medina





NOTA

La artista y la curadora están armando un catálogo para documentar toda la exhibición y los sucesos acontecidos alrededor de la misma. También se está reuniendo en un archivo todas las notas de diarios que dan cuenta sobre el modo en que sucedieron los hechos. Estará próximamente disponible para consulta en formato digital.






Comunicado La Lora Mora Trabajadorxs de las Artes de Tucumán, San Miguel de Tucumán 20 de Septiembre de 2021.

https://chequeado.com/el-explicador/son-falsas-las-fotos-que-circulan-de-la-casa-de-tucuman-con-inscripciones-de-montoneros-se-trata-de-un-montaje/

https://www.infobae.com/politica/2021/09/05/polemica-por-una-obra-artistica-que-conmemora-a-montoneros-dentro-de-la-historica-casa-de-tucuman/

https://www.lagaceta.com.ar/nota/909814/actualidad/montoneros-visiones-enfrentadas-sobre-obra-casa-historica.html

La cuestión del arte en el siglo XXI Nuevas perspectivas teóricas. Capítulo 4 Jean-Luc Nancy, el vestigio y el wink. Elena Oliveras. Editorial Paidos. Buenos Aires, Agosto 2019, Página 103.

https://www.contextotucuman.com/nota/76648/el-dia-que-los-terroristas-montoneros-destruyeron-la-casa-historica.html#prettyPhoto


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