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POESÍA DIGITAL

En el Salón Nacional de Fotografía me detuve ante una obra, más exactamente, el Segundo Premio 2015. Puedo decir que en ese momento me resultó una imagen algo intrigante.


Luego supe que habría una exhibición de Néstor Crovetto, el autor de la imagen, en el MACBA y allí me dirigí con la intención de descubrir algo más sobre la obra.


Consulté con algunos fotográfos acerca de la fotografía digital. Sus límites y posibilidades. Les pedí fundamentos y fueron varios y detallados los que me brindaron. Claramente, disentimos sobre si era arte o no lo que iría a ver. Pero aún así, o quizás justamente por eso, la curiosidad aumentó.


Pocas veces se logra una adecuada ambientación para una obra. Y en este caso, se logra a través de una instalación, donde todo el protagonismo recae en la obra a través de una sutil iluminación. Se suma también una vía de acceso que lentamente aleja al espectador del ruido de la ciudad para acercarlo, de un modo intimista, a la experiencia de la contemplación.


Ya no hay palabras, solo queda uno frente a la obra: la lucha entre el sentido común por un lado, contra la fascinación por el otro.


La pregunta si es arte o no, se desdibuja ante la luz propia que cada una de las imágenes emana.


La obra es una fracción de la imagen, es decir, una foto de la foto, un primer registro de lo que capta el sensor. Y está Bayer y su sistema, y los pixeles y los colores rojo, azul y verde. En síntesis, CRUDO, una oportunidad de encontrarse con preguntas y reflexionar sobre el arte, la fotografía y lo que vendrá.

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