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SIETE DÍAS EN EL MUNDO DEL ARTE DE NEW YORK

En siete días en el mundo del arte, Sara Thornton señala que “…en los últimos años el mercado del arte contemporáneo cobró un impulso inusitado, se incrementó la concurrencia a los museos y como nunca antes mucha gente pudo huir de sus empleos para pasar a autodenominarse Artistas. El mundo del arte se expandió y se aceleró; se puso de moda, cada vez más concurrido y más caro…”


New York en Mayo es todo eso y mucho más. Con las ferias, encabezadas por Frieze y en paralelo Art New York/Context y NADA, están abiertas todas las posibilidades para todos los presupuestos: no hay excusa para irse a casa sin una obra.


Los Museos que exhiben sus colecciones permanentes y hacen coincidir grandes exhibiciones temporarias para captar la atención de coleccionistas y turistas al mismo tiempo.

Y los espacios independientes, que no quieren perderse esta invasión de curadores, coleccionistas y curiosos, ansiosos por ver lo último, lo mejor, lo más caro, lo más raro, lo más insólito y todo lo que New York ofrece las 24 horas con una agenda intensa de actividades en Manhattan, Queens, New Jersey y Brooklyn.


La primer parada es el Metropolitan Museum. Y en esta ocasión, mi interés estaba centrado en la exhibición temporaria sobre Vigée Le Brun: una mujer artista en la Revolución Francesa. A ella le debemos conocer a María Antonieta, a los miembros de la realeza en Napoles, Rusia y Prusia, a Catalina La Grande y a Lord Byron y posteriormente a quienes rodearon a Napoleon I. Le Brun retrató a la monarquía europea con una exquisitez absoluta. Esta muestra constituye su primer retrospectiva, y para ello se reunieron por única vez obras que se encontraban en cada uno de los palacios y museos europeos, lo cual constituye un viaje único a la Europa de la monarquía, la revolución y el imperio.

Paralelamente, y como todos los años en el primer lunes de mayo, el Museo se preparaba para su Gala; momento en el que el mundo de la moda toma el espacio del arte y la cultura para una noche de lujo y celebración. Cubriendo los pisos con alfombras especiales, cerrando salas y reubicando algunas esculturas para no correr riesgos, por un momento el MET se transformó en un salón de fiestas.


Y si de fiestas se trata, nada mejor que el programa VIP que Frieze brinda paralelamente a la feria. Los museos se abren a primera hora de la mañana en visitas privadas para grupos muy exclusivos. Actividades en casas millonarias con colecciones particulares asombrosas y por supuesto la performance Toronjas a cargo de Marta Minujin.

Como argentina, observar a un compatriota siendo reconocido en el exterior es un orgullo. Particularmente cuando se trata de una artista que re edita una de sus performances más recordadas. La cita era el sábado por la tarde en la casa de uno de los coleccionistas más reconocidos y generosos para con los artistas latinos, quien dispuso de su living para la ocasión. Dos filas de sillas para veinte personas cada una esperaban a los invitados. En el centro el perímetro de madera marcaba el espacio donde sucedería la acción. Dentro de él, cajones de cartón llenos de toronjas. Aparecieron los artistas vestidos con mamelucos blancos y con baldes amarillos en la cabeza al grito de “ Toronjas… ja ja ja” Distribuyeron las toronjas hasta cubrir el perímetro y luego Minujin invitó a los presentes a tomar algunas de las frutas y acompañarla a ella y a los artistas a formar una línea infinita en las veredas de Chelsea. Algunos más tímidos que otros, tardaron en sumarse a la propuesta, pero al final, todos salimos a la calle para formar parte de la experiencia Toronjas.


Mientras que Frieze se ubica en Randall Island, Art New York/Context lo hace en Midtown y NADA en el Lower East Side. Galerías, curadores, coleccionistas e interesados en arte, recorren las distintas opciones. Muchas de ellas cuentan con traslados sin cargo para el público, mientras que otras solo son gratis para los invitados VIP.

Frieze presentó espacios para artistas emergentes bajo el nombre de FRAME donde el diálogo entre las obras permite conocer artistas como Igshaan Adams, Julia Haller y Rochelle Goldberg. Pero la estrella de Frieze no fue Di Caprio, ni tampoco los diseñadores de alta costura, ni los empresarios, la estrella en Frieze fue un burro. Un burro que recorría una sala iluminada con caireles y a la cual para acceder había que hacer fila en los horarios indicados, ya que la Asociación Protectora de Animales, no permitía que estuviese todo el tiempo a la vista. Art New York/Context tuvo su estrella con la presentación de las pinturas del ganador del Oscar Adrien Brody, quien luego de su debut en la última edición de Art Basel en Miami, continúa investigando sobre este aspecto artístico y refiere no interpretar ni querer ser interpretado al respecto.

Una galería muy interesante por su propuesta pertenece a la española Lucia Mendoza, quien reúne artistas que trabajan con papel, uno de ellos de origen japonés y ahora residente en Madrid quien desarrolla sus obras con colores puros y formas naturales.

A diferencia de las otras ferias, Art New York/Context cuenta con la presencia de un museo, más precisamente El Barrio, el cual exhibe obras bajo el título Relational Abstractions en sintonía con la muestra que el museo tiene en este momento y de la cual participan varios artistas latinos.


Volviendo a los museos, Cooper Hewitt se lleva toda la atención, por la calidez de su personal, la increíble arquitectura y por haber diseñado un dispositivo del tamaño de un lápiz que permite registrar la información de las obras que a cada visitante le interesan y que luego podrá ver en su casa. Simplemente ingresando al sitio web con el código del ticket te entrada (el cual está linkeado con el dispositivo) se bajan las imágenes y las descripciones técnicas. Una forma de revisitar en cualquier momento y desde la comodidad de la casa, las obras preferidas del museo.


El Queens Museum conmemora el 40º aniversario del primer álbum de Ramones con una muestra retrospectiva que lo tiene todo: desde el registro fotográfico de los conciertos, ensayos y giras hasta las letras originales de las canciones en hojas sueltas de un cuaderno que ya estaba amarillo en los setenta. Están sus instrumentos, su ropa y se puede escuchar su música durante el recorrido. Una investigación que rescata la influencia de Ramones en la música, la moda, el arte, los comics y los films, pero ante todo homenajea a quienes considera sus hijos pródigos, ya que nacieron, vivieron e hicieron su música en Forest Hills un barrio del centro de Queens.


En Guggenheim una muestra abre la puerta a medio oriente y el norte de África. Bajo el título But a storm is blowing from Paradise por vez primera se presentan artistas jóvenes de ambas regiones con propuestas innovadoras y obras que en la mayoría de los casos utilizan materiales tan propios como el cous cous.


El Museo de la Ciudad de New York, presentó una muestra de Roz Chast What a I hate from A-Z, donde la caricaturista enuncia alfabéticamente todo lo que odia en obras de pequeño formato y ayudada por una instalación, recrea el espacio de sus caricaturas.


New Jersey tiene un secreto, y se llama Mana Contemporary. Se trata de uno de los warehouse de arte más grande del mundo. Pero lo que convoca a visitarlo es un Open Studio con una muestra especialmente curada para la ocasión de Anthony Quinn.

Este tipo de espacios no es accesible ni está en el circuito de arte más conocido. Tuve la suerte de conocerlo a partir de la invitación de un artista Joaquin Goldstein (Lima-Buenos Aires) quien se encuentra realizando una residencia allí. En el espacio que comparte con otros artistas, de lugares como Macedonia, pudo desarrollar un trabajo pictórico que promete continuar al regresar para Sudamérica.

Funciona también allí la galería del hijo de Roy Lichtenstein y espacios expositivos, como el de la PB donde una muestra generada a partir del centenario del nacimiento de Quinn permite conocer las obras de su colección privada en diálogo con sus propias creaciones: Renoir, Klein, Moore conviven sutilmente y conforman un recorrido único y desconocido para quienes hacíamos del Señor Quinn solo un actor.


Siete días para New York son insuficientes y querer ver arte en una semana con toda la actividad y opciones que esta ciudad tiene es inabordable. Adjetivo que le cabe a la obra de Richard Serra, quien para inaugurar sus obras NJ1, Through, Silence for John Cage y Above, between, every wich way; necesito de las dos sedes de Gagossian en Chelsea. Serra es New York, inmenso y fascinante. Y New York es arte todos los días de la semana.

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