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EDIFICIOS QUE ESPERAN SER

“Un edificio debe comenzar con lo inconmesurable, luego someterse a medios mensurables cuando se halla en la etapa de diseño, y al final debe ser nuevamente inconmensurable”

Louis Kahn

En Cómo leer edificios: un curso acelerado de estilos arquitectónicos, Carol Davidson Cragoe propone dar los lineamientos que permitan al lector determinar con una sola mirada toda la información que los edificios contienen.


Pero antes de comenzar a descubrir estilos hay que entender la arquitectura como un lenguaje. Y como tal, conocer sus componentes, manejarlos con destreza y así acceder a su historia, tipología, esquema volumétrico, planta, elevación, carpintería, materiales, estructuras y construcción.


Pensar así un edificio, trajo a mi memoria la conferencia que el genial artista y arquitecto Clorindo Testa brindó en el marco de una de las ediciones de ArteBA. Mientras los conferencistas del panel querían explicar los conceptos y hallazgos científicos internacionales que avalaban sus conjeturas, al llegar su turno, Testa se limitó a decir: los egipcios hicieron pirámides, también los mayas y esto no quiere decir que se hayan copiado, ni mucho menos que hayan viajado unos al encuentro de otros, sino que el hombre es uno y siempre miró hacia arriba y quiso llegar al cielo.


La genialidad de Testa es lo que hace que dejemos de lado la teoría arquitectónica al momento de abordar la obra de Luis Arrosio, y veamos un dibujante de sueños más allá del constructor de edificios.


La búsqueda de una nueva poética ha llevado a los arquitectos como Le Corbusier y Kahn, entre otros, a centrar su interés en la luz, en la construcción reflexiva de espacios, buscando transmitir el alma y la voluntad de los materiales. Y qué son estas, sino las mismas preocupaciones que la de los artistas. Poesía, alma, voluntad de los materiales, no es acaso la misma búsqueda que tiene un artista en el soporte y en su modo de crear?


En el mundo de la poesía los edificios han ocupado un lugar en el imaginario de sus escritores. José Pedroni, plantea como un acto plural la construcción “…Todos vamos a construir el edificio. Aquel que el hombre quiere. Será nuestro edificio…”. Mientras que Baldomero Fernandez Moreno, advierte en su fuente de inspiración “…Setenta balcones hay en esta casa, setenta balcones y ninguna flor…”


Edificios que esperan ser, es un site specific donde Arrosio toma como punto de partida un edificio, el suyo, el que imagina en distintas dimensiones, para trasladarlo del papel al video y desde allí al espacio. No solo es imagen en movimiento, también es sonido. Reformula el lenguaje, aquel que una vez fuese punto y línea sobre papel a soportes no convencionales para el dibujo.


A Philip Johnson, arquitecto, coleccionista y creador de The Glass House, le gustaba pensar que lo que hacía era embellecer la tierra para que las futuras generaciones pudiesen mirar las formas que les legaría del mismo modo y con la misma emoción que él miraba el Partenón o la Catedral de Chartres.


Luis Arrosio ha embellecido nuestras vidas con sus edificios en apariencia inhabitables pero en la experiencia del espacio inconmensurables, aunque efímeramente, como pasa siempre en el arte.

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