Nos despedimos
como puntas de astas
de un mismo ciervo
Matsuo Basho
Denise Labraga dio la vuelta a Saturno a poco de llegar a Barcelona. Allí coincidió en la residencia Hangar con Su Yu-Hsin quién dará este año su vuelta a Saturno.
Ambas han mantenido el contacto en estos años y una entrañable amistad tuvo lugar paralelamente a la cuestión artística.
En sus obras se manifiestan temas recurrentes, los cuales abordan alternadamente y en diferentes soportes. Me interesó particularmente la cuestión de habitar un espacio, ya que en ese término hay una acción que se repite reiteradamente.
Cuando Denise Labraga le propusó a la gente en Barcelona conformar un mapa interactivo, se preguntó en cierto modo, ¿cuántas ciudades pueden vivir en una misma ciudad? Las respuestas fueron plasmadas en imágenes y sonidos, que hoy nos permiten conocer cuál es el lugar preferido o irritante o mágico o romántico, según el interlocutor.
Ese modo de habitar tan particular de quienes transitan una ciudad a diario, no sería igual sin la poesía que Labraga logró captar en cada una de ellas. Merecen entonces una presentación adecuada a la intersección de tantas emociones. Pues cada una de las imágenes, tan sensibles como contundentes, son mucho más que un registro artístico, son la construcción de un modo de habitar el espacio común en el mundo contemporáneo.
Por su parte, Su Yu-Hsin, nos devela el proceso de rompimiento de una relación de pareja y el modo en que artísticamente ha podido habitar los espacios en el transcurso de ese tiempo. Primero fue a través del dibujo, el cual da cuenta de sus emociones a través de cada uno de los trazos que realizara -en forma vertical y continuada- con carbonillas. Luego llevó ese dibujo a los sitios que para ella habían sido trascendentales en la relación y los fotografió. Por último, y como cierre del duelo, dejó en manos de la naturaleza su destino.
Aunque es difícil seleccionar solo uno, entre los momentos poéticos registrados, me cautivó la imagen de un screenshot. Allí queda de manifiesto que al menos por un momento, la tecnología indica que no se habita lugar alguno, o lo que es casi lo mismo, se habita ese lugar imperceptible donde quedan las almas dolidas luego de un rompimiento.
Sabemos que son fieles a todo lo sucedido y manifestado, porque como señala André Bazin –crítico y teórico cinematográfico- lo que hace real a una imagen es todo lo que queda fuera de ella. Labraga y Su, eligieron qué compartirnos en cada obra y pudieron plasmar el contexto con igual destreza y poesía.
Tan definitivo como es Saturn Return en la vida de cada uno –según los astrólogos- esta exhibición da cuenta de las obras producidas hace dos años, de las experiencias atravesadas por ambas artistas en dicho período y de la mirada desde otra ciudad que las convoca a releerse en este nuevo contexto.
A través de la correspondencia por ellas mantenida intuimos que sus miradas siempre existieron, ya que estuvieron pendientes una de la otra, desde las puntas de las astas de un mismo ciervo.