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VINCENT VAN GOGH: EL PRIMERO EN VER LAS ESTRELLAS COMO REALMENTE SON

Un estudio del Instituto de Física Aplicada, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid demuestra que algunos cuadros de Vincent Van Gogh plasman con precisión la teoría física de la Turbulencia de los Fluidos, al mismo tiempo que reproducen las leyes que describió el físico y matemático ruso Andrei Kolmogorov en 1941.

¿Cómo puede ser posible que un hombre en 1889 que soñaba con las estrellas, las haya pintado tal cual como los científicos dicen que realmente son?

The unexpected math behind Van Gogh's "Starry Night" - Natalya St. Clair

Vincent Van Gogh tuvo una vida breve donde abundaron los fracasos y las certezas nunca llegaron. Breves momentos de felicidad se hundían en largos períodos de soledad, incomprensión, dolor y enfermedad.

Nació en el mes de marzo de 1853 y cargó con el peso de llevar el mismo nombre que su hermano muerto apenas al nacer. Hijo de un pastor protestante, criado y educado muy por sobre el nivel para su tiempo, hablaba perfectamente francés e inglés, además de su holandés natal.

A los 16 años fue asistente de un prestigioso galerista vendiendo grabados. Lo echaron de allí porque sus fervorosos argumentos espantaban a los clientes.

Intentó ser docente, pero los rigurosos estudios fueron demasiado para sus posibilidades y temperamento.

Decidió entonces ser pastor, para seguir los pasos de su padre. A sus 25 años lo asignaron a donde nadie quería ir: Nuenen en Países Bajos. Un pueblo minero, sumido en el olvido, donde todas las injusticias sociales tenían lugar al mismo tiempo. Allí, Vincent fue uno más. Y comenzó a retratar el dolor, el trabajo, la dura vida de los más débiles.


Su hermano Theo, confidente, paciente y quien siempre lo protegería, lo rescató desde ese oscuro lugar y lo llevó al hogar familiar. Allí y pese a las discusiones con su padre, pudo encontrar un espacio donde pintar. En ese período se consolidó su pasión por retratar a quienes trabajan la tierra, a los artesanos y a todos aquellos que con sus manos duramente consiguen su pan de cada día.


En Tejedor se aprecia el arduo trabajo de Van Gogh en el estudio del color, que sentaría las bases de sus futuros y más famosos trabajos.

Y llegó Paris, nuevamente gracias a su hermano Theo y a la invitación que le hiciera para conocer a los jóvenes pintores que habían sido rechazados por el prestigioso Salón y que estaba seguro eran justamente lo que Vincent necesitaba. Llegó a la Ciudad Luz con la efervescencia de Pissarro, Seurat, Degas, Monet, Manet, Toulouse Lautrec, Gaugin.

Camille Pissarro fue el primero en captar la atención de Vincent, a quien no le alcanzaban los ojos para devorar toda la pintura que estaba sucediendo en Paris. Pese a disentir con Seurat y su visión científica de la composición de los colores, admiraba profundamente sus obras. Es que los nuevos pigmentos cambiaron los colores disponibles para los artistas y del mismo modo que en otros aspectos, la revolución industrial había llegado al arte.

Un punto interesante en el tiempo compartido por Vincent con Toulouse Lautrec es este contrapunto en los retratos de mujeres en la mesa de un bar. Claramente, se trataba de aquellas mujeres que no cumplían los cánones de la época, ya que están bebiendo y fumando en público. Curiosamente, Vincent le insistió a su hermano Theo para que compre esta obra, y gracias a ello, hoy podemos ver ambas en el Museo Van Gogh.


Pero la alegría de Paris fue breve, y Vincent decidió ir de nuevo al encuentro de la naturaleza y la gente que trabaja la tierra. Llegó entonces la estadía en la Casa Amarilla de Arlés y con ella el período más productivo y significativo que llegó a nuestros días.

Vincent pintaba frenéticamente, se alimentaba mal, dormía poco, bebía mucho, pero ante todo la luz, la gente y el paisaje lo inspiraban.

Apenas llegado a Arlés, quedó deslumbrado por una casa amarilla. En su corta vida esta casa adquirió gran relevancia simplemente por ser la primera que Vincent tiene como propia (alquilada con el dinero que regularmente su hermano le enviaba).


Theo, que siempre pensaba en el mejor modo de acompañar a su hermano y alentarlo en la producción, le propuso a Gaugin un acuerdo que no podría rechazar: acompañar a Vincent en Arlés con los gastos pagos y con la única condición de enviarle un cuadro al mes. Theo siempre fue un buen negociador, pero ante todo el único que creyó ciegamente en el talento de Vincent.

Gaugin llega a Arlés y se encuentra con un Vincent exultante, quien le había preparado un cuarto en la Casa Amarilla decorado con siete de sus girasoles -algunos historiadores afirman que fueron especialmente pintados por él mientras esperaba que llegase el invitado de honor-.


Estos girasoles encerraban todo en lo que Vincent creía: la vida, la muerte, lo vibrante del color, la energía, lo exultante, el amarillo.

Su intención de formar una colonia de artistas que viviesen en el sur de Francia, intercambiando experiencias y disfrutando de la vida no se concretó. Gaugin se fue pocos meses después de su arribo, alegando que Vincent lo había amenazado con una navaja. Quizás la misma con la que se cortaría la oreja al enterarse que había sido abandonado por su admirado colega.

Comienza entonces un derrotero que lo llevó a internarse voluntariamente, luego a seguir tratamiento con un particular profesional a quien encontraba simpático por la coincidencia en el color de cabello (ambos eran pelirrojos) y a quien retrató ante su insistencia.


Pero ni Theo con todo su amor, ni el Dr Gachet con toda su paciencia pudieron ayudar a Vincent; quien un día se dirigió al campo con un arma y se disparó. En su larga agonía, el Dr Gachet lo acompañó sin moverse de su lado.

Emile Bernard, quien había mantenido una nutrida correspondencia con Vincent y a quien el artista le había confiado su proceso creativo, viajó ante la noticia de su muerte. Desde allí, le escribió al crítico Albert Aurier detallando entre otras impresiones, el haber encontrado en la casa amarilla una cantidad abrumadora de obra. Aurier escribiría una nota muy conceptuosa sobre la obra de Vincent, quien prefería ser llamado por su nombre de pila, ya que no resistía el hecho de que todos dijesen mal su apellido.

Theo lo sobrevivió pocos años, pero su cuñada tomó a su cargo el trabajo de difundir la obra, logrando venderla y hasta posicionarla en colecciones y museos, algo impensado para Vincent. Johanna Bonger, viuda de Theo, heredó toda la colección a su único hijo Vincent Willem van Gogh, quien decidió que el patrimonio no sería heredado por sus descendientes creando así la Fundación Van Gogh que luego daría lugar al Museo del mismo nombre que hoy conserva y difunde las obras.

Amando a Vincent es un film realizado por Dorota Kobiela y Hugh Welchman que se estrenará en los próximos días en todo el mundo y que fue realizado enteramente con pinturas - un total de 65000 - bajo las manos de 125 artistas de distintas partes del mundo que viajaron a los estudios de Polonia y Grecia. Una producción ambiciosa que refleja lo valioso del legado de este artista único.

Loving Vincent

Como dijo su colega Camille Pissarro “este hombre o se vuelve loco o nos deja a todos atrás”. Y así fue, todos quedaron atrás de Vincent, de su amarillo y de la textura de sus pinturas.


REFERENCIAS:

Lust for Life, 1956, Kirk Douglas, Anthony Queen, Dirigida por Vicente Minelli

https://www.youtube.com/watch?v=wnKA4Hspbxo

Vincent and Theo, Tim Roth, Paul Rhys, Dirigida por Robert Altamn, 1990 https://www.youtube.com/watch?v=BmntZxMT0W0

La vanguardia, Cultura, 19 de Julio 2006 http://www.lavanguardia.com/cultura/20060719/51277097539/ciertos-cuadros-de-van-gogh-plasman-la-teoria-fisica-de-la-turbulencia.html

Museum of Fine Arts of Boston, Katie Hanson, assistant curator, Paintings, Art of Europe

https://www.youtube.com/watch?v=Mlwoc6RooRQ

Vincent van Gogh: The colour and vitality of his works | National Gallery. Special Projects curator Colin Wiggins walks you through the life and work of Vincent van Gogh https://www.youtube.com/watch?v=YV4YGUAHPJU


FUENTES:

Historia del Arte Salvat, páginas 893-906

Impressionism, Fashion and Modernity, The Art Institute of Chicago and Metropolitan Museum of New York and Musée D´Orsay, 2013

La noche estrellada Van Gogh, El arte para los niños, Cuento de Pinin Carpi, Edhasa, 1974

One Thousend Years of Painting, An Atlas of Western from 1000 to 2000 A. D. , Stefano Zuffi, Electa, 2004


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