Fragmentos de la memoria
Espacio-Tiempo, punta seca–acrílico, 2008, es la obra que nos introduce en la exhibición Fragmentos de la memoria. Su composición marca la vigencia de un clásico: Alicia Díaz Rinaldi ha sabido expresarse genuinamente a través de su obra haciendo de ella un acto atemporal y en ocasiones incluso visionario.
Uno de los mayores lujos que disfruto como curadora, es la posibilidad de acompañar a un artista a lo largo de su carrera. Esto me permite sostener que no es la primera vez que una obra de Alicia Díaz Rinaldi produce un efecto similar. Hace pocos años y en ocasión de mi cumpleaños, buscó entre sus obras una pieza que coincidiese con la fecha de mi nacimiento. Halló un grabado cuya imagen mostraba a un uniformado reprimiendo a un individuo. Podrán inferir que se trataba de la dictadura militar argentina, sin embargo, yo nací cinco años antes del golpe de 1976. En otra ocasión, revisando obras para su catalogación, hallé una pieza donde se veía a un hombre en la luna. Una vez más la fecha era previa al hecho histórico que aconteció en 1969.
Es por eso que Espacio-Tiempo toma tanto protagonismo para nosotros. En un mundo cada vez más cibernético, este modelo matemático de continuos e inseparables, representa por un lado, los sucesos físicos del Universo (Teoría de la Relatividad, Einstein, 1905).
Y en un aspecto menos científico, se trata de dos elementos preciosos y escasos en nuestra vida. Decimos que no hay lugar porque somos muchos y que no tenemos tiempo porque las obligaciones sobran. Sin embargo, Alicia Díaz Rinaldi nos señala que existe un Espacio-Tiempo donde los artistas perciben y plasman lo que realmente nos sucede, mientras que nosotros -parafraseando a John Lennon- estamos ocupados haciendo otros planes.
Signo y Símbolo en el Arte
A veces una obra nos invita a descubrir la historia y el contexto político-social en el cual se desarrollaron ciertos acontecimientos. Tal es el caso de la serie de grabados que Alicia Díaz Rinaldi ha desarrollado a partir de los planos originales de la Casa Rosada.
En importante saber que en su primer discurso como Presidente de la República Argentina, Julio A. Roca enfatizó en la necesidad de dotar a la capital del país de todas aquellas mejoras indispensables para el orden, la comodidad y la salubridad.
Si bien la creación del Departamento de Ingenieros con el consiguiente cargo de Arquitecto Nacional funcionaban con anterioridad a este gobierno, se decidió entonces convocar a un arquitecto italiano que tomara en sus manos la obra mayor: la casa desde donde se regirían los destinos del joven país. Francesco Tamburini fue el elegido y en 1884 llegó al puerto de Buenos Aires donde residió y trabajó en varios proyectos emblemáticos hasta su muerte en 1891.
Cultura y vida son las palabras con que Rosa María Ravera, Presidente de la Academia Nacional de las Artes, se refería en 2001 a las obras de Alicia Díaz Rinaldi. Cultura a través de los signos arquitectónicos y vida por los seres que atraviesan las composiciones.
Le sumaría a su observación la destreza para llevar el grabado a su máxima expresión, haciendo uso de soportes y texturas que acentúan signos y símbolos.
Artistas y arquitectos utilizan herramientas específicas para materializar sus ideas. Por eso es pertinente remarcar esos signos arquitectónicos revisitados desde el arte como fragmentos de una historia que nos antecede.
Afortunadamente, está en manos de artistas como Alicia Díaz Rinaldi el dejar huella sobre lo acontecido para que futuras generaciones lean en esta escritura plástica los signos y símbolos de nuestro tiempo.