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EL ODIO DE LOS HOMBRES PASARÁ Y LOS DICTADORES MORIRÁN


En los últimos años hemos visto un fuerte resurgimiento de movimientos sociales donde artistas y trabajadores de la cultura desempeñan un papel de liderazgo. Entre ellos podemos citar a Decolonize This Place, quienes se proponen descolonizar, no solo la mente, sino también la tierra, las instituciones y las relaciones sociales. Esta ONG participa en acciones a través de cinco ejes: el reclamo por des-gentrificar, la liberación de Palestina, el pago justo a los trabajadores culturales a través de la difusión de WAGE, la liberación de los afroamericanos y la lucha por el reconocimiento de los pueblos indígenas.

Quizás en la traducción de sus objetivos no se aprecie la contundencia de sus acciones. Algunos ejemplos del modo en que llevan al territorio sus propuestas son las manifestaciones como las surgidas en el contexto del debate nacional sobre las estatuas dedicadas a figuras históricas controvertidas en Charlottesville, Virginia. O como las que tuvieron lugar en Nueva York, frente al Museo Americano de Historia Natural, donde la estatua ecuestre de Theodore Roosvelt (Gobernador de Nueva York y Presidente de los Estados Unidos) “…flanqueada por figuras que parecen ser estereotipos nativos y africanos en una posición de servilismo, encarnan la supremacía patricia blanca que el propio Roosevelt defendió y promovió…”


Del otro lado del Atlántico, el traslado de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos tiene dividida a la sociedad española. Esta obra faraónica encargada por el dictador para alojar su propia tumba post mortem fue construida por esclavos políticos republicanos y hoy es considerada la fosa común más grande de España con aproximadamente cuarenta mil cadáveres.

Luego de años de idas y venidas, de reclamos por parte de los familiares de Franco que interrumpieron este traslado en reiteradas ocasiones, el pasado jueves 24 de Octubre se concretó desde la explanada de la basílica un viaje en helicóptero que lo alejaría definitivamente de esta arquitectura monumental en la que soñó prevalecer hasta el fin de los tiempos.


¿Qué hacer entonces con estas arquitecturas soñadas por quienes detentaron el poder en tiempos pasados mientras oprimían a los más débiles?

¿A dónde enviar todos los monumentos que rinden tributo a los vencedores que prevalecieron en desiguales batallas aventajados en armas y dinero por encima de los más indefensos?


La pregunta sobre ¿a dónde enviar tantos monumentos? es una de las que más se repite –al menos en Estados Unidos- a raíz del reclamo que las organizaciones realizan en pos de la remoción de ciertas estatuas de los espacios públicos.

La artista Luciana Pinchiero (nacida en Argentina y residente en Nueva York) fue la primera en señalarme la relevancia en la construcción de la historia que estas imágenes tienen en todos los que habitamos y transitamos el espacio público. Por años, cruzamos una plaza viendo un conjunto escultórico ecuestre sin cuestionarnos que representa ni si eso es justo de mantener para la consolidación de la sociedad que aspiramos formar.

En sus collages, Pinchiero pone en tensión el saber popular, su construcción, la imagen de esa representación y el modo en que casi sin darnos cuenta repetimos esta historia escrita por los que ganan, en lugar de dar lugar a la historia de los que debieron ganar.


Colectivo Indisoluble es el título de la exhibición que Candela Sotos inauguró el pasado jueves en el Conti, y que coincidió con la partida de Franco del Valle de los Caídos. Hasta los más escépticos podrían afirmar que la artista ha contado con una suerte de alineación astral para que tenga lugar tamaña coincidencia.

Sotos ha trabajado con el archivo de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica y en especial colaboración con los documentos elaborados a pie de fosa por Oscar Rodríguez –documentalista y sociólogo de dicha Asociación-.

En su texto de sala, hay una aclaración –en referencia al título- que estremece: “…En 2007, el entonces presidente de España J. L. Rodríguez Zapatero ordena la redacción de un informe para saber en qué estado se encontraba el Valle de los Caídos con el fin de establecer posibles futuras excavaciones. Tras el informe elaborado por una comisión de expertos del Valle, se dedujo que el estado de la fosa común para la posible exhumación era casi imposible ya que en el proceso de amontonamiento de los cadáveres, se había mezclado el cemento que recubre la estructura con los huesos creando, lo que podría llamarse, un cadáver colectivo indisoluble…”

En la sala, Sotos desplega un registro fotográfico impecablemente montado que da cuenta de excavaciones, dolor y ausencia. Ha corrido riesgos al aventurarse con materialidades que no le son propias –como las piezas de azulejos blancos pintados de azul producidas especialmente para la exhibición- que la han corrido de su expertise fotográfica para trabajar un aspecto simbólico que definitivamente suma valor a su idea expositiva.

La tensión que se produce por el claro diseño de montaje, el frío que nos recorre el cuerpo al ser conscientes de las vidas que aún buscan ser enterradas dignamente, prueban además la cuestión identitaria que los poderosos siempre quieren borrar.

El gesto de borrar la identidad de esos cuerpos, de tratarlos como huesos con cemento, es lo que no podemos permitir que siga sucediendo.

Es por ello que la obra de Sotos toma un valor de señalamiento decisivo en un espacio expositivo donde la memoria, la verdad y la justicia son valores primordiales y ejes de reflexión. Con una mirada aguda, que no por académica se muestra menos poética, Sotos ha sabido rescatar la historia como valor en una obra de arte.

En las últimas semanas y a propósito de las manifestaciones que tuvieron lugar en Chile donde el pueblo reclamó a sus autoridades que cumplan con sus obligaciones, una imagen circuló por las redes sociales a modo de exclamación: hombres y mujeres enarbolando banderas mapuches y chilenas en la cima del monumento al General Manuel Baquedano y su caballo Diamante. Esa imagen, comparada por su contenido y estética con la pintura de Eugéne Delacroix La Libertad guiando al pueblo, ha circulado aún más por el ciberespacio que la anterior, como símbolo de liberación del pueblo oprimido. Ayer y hoy, la lucha por los derechos es la misma. Mientras que ayer quedaba documentada a través de la pintura, la música y la literatura; hoy lo hace a través de la imagen fotográfica y los slongans devenidos en hashtags, como el que señala que las manifestaciones no surgen por el aumento de los 30 pesos en el metro, sino por los 30 años de opresión que tiene el pueblo chileno (#noson30pesosson30años).


En un artículo del diario Perfil, Sergio Sinay trajó a colación la reflexión de Tzvetan Todorov citada en su libro “El espíritu de la Ilustración” sobre el progreso. Allí el filósofo y lingüista búlgaro señala que el progreso “…no es lineal, ni homogéneo para todos los miembros de la sociedad. La codicia y el egoísmo son inherentes a lo humano, como la impaciencia. Como consecuencia, los beneficios de los nuevos tiempos se repartieron entre nuevos actores, provenientes de las capas más altas de la burguesía y de las antiguas aristocracias, y el progreso de unos significó el estancamiento, el retroceso y el resentimiento de otros. Unos se enriquecían mientras otros trabajaban…”

Tanto burgueses como aristócratas han sido –y son- reconocidos: tienen nombre, apellido y linaje. Pero los que trabajan, los estancados, los que se ven forzados a retroceder, son un colectivo indisoluble -aún sin cemento que los tape- carecen de identidad.

Sinay concluye que “… el progreso no es lineal y el retroceso a las peores catacumbas, cuando se pierde la memoria, parece ser, a su vez, tenebrosamente circular…”


Creo profundamente que el arte es lo único que nos salva; que lo terrible y atroz que hace el hombre en contra del hombre se repite en modo cíclico, dejando como único testigo de lo acontencido el valiente señalamiento que el artista de cada época ha podido realizar. Como las palabras del emblemático monólogo que Charles Chaplin hizo en el film de 1940 El gran dictador: “… el odio de los hombres pasará y los dictadores morirán…”



El gran dictador, Charles Chaplin, 1940

Descolonize This Place es un movimiento orientado a la acción que se centra en la lucha indígena, la liberación de los negros, la Palestina libre, los trabajadores asalariados mundiales y la desgentrificación.

https://wageforwork.com/home#top

Teddy Roosevelt attacked at Museum of Natural History By Tina Moore, Daniel Prendergast, Georgett Roberts and Yaron Steinbuch. The New York Post, October 26, 2017

https://nypost.com/2017/10/26/teddy-roosevelt-statue-doused-in-red-paint/

https://www.planetamagnifico.com/2019/10/28/la-verdad-detras-de-la-popular-foto-viral-de-la-marcha-mas-grande-de-chile/

https://www.perfil.com/noticias/columnistas/el-fracaso-de-occidente.phtml

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