En Agosto de 1940 el Gobierno de Estados Unidos creó una agencia a través de la cual aspiraba a concentrar todo lo vinculado a las relaciones con Latinoamérica, a la que llamó Office of Inter-American Affairs OIAA. La dirección estuvo a cargo de Nelson A. Rockefeller, quien junto a su amigo George Gallup (gurú de las encuestas) desarrolló un proyecto para el conocimiento de la opinión pública. Gallup puso como condición que su vinculación no fuese de público conocimiento y Rockefeller lo aceptó.
Pocos meses después, Rockefeller establecería la American Social Surveys INC. ASS - una empresa privada sin fines de lucro- con Gallup a cargo de la presidencia.
En Octubre del mismo año, con la creación de Export Information Bureau, dependiente del Departamento de Estado Americano, se organizaron los primeros viajes de quienes cumplirían un rol fundamental de contacto con los residentes de cada país. Comenzaron por Brasil y Argentina en Febrero de 1941. Casi simultáneamente, se establecería en Buenos Aires la agencia de publicidad J. Walter Thompson, la que tendría a su cargo las encuestas sobre medios, formalizando de ese modo el trabajo del representante americano[1] realizado el año anterior.
Al mes siguiente ya publicitaban a página completa en los principales diarios de cada país latinoamericano, especialmente en aquellos que consideraban en potencial conflicto con los Estados Unidos. El plan era claro: todos y cada uno de ellos debían depender económicamente de la Secretaría de Estado Americana. Esto no fue consultado con los Embajadores. Con el argumento de ser “una desafortunada idea”, el plan quedó oficialmente cancelado.
El objetivo de contar con un Departamento de Investigaciones para el estudio de la conducta en los países de Latinoamérica era desarrollar estudios sobre opinión, gustos y hábitos de los habitantes. De este modo consta en los registros del Departamento de Estado Americano la autorización expresa para la investigación en Brasil, bajo la nomenclatura Cantril/May 29,1941/NACP/229/1/138/18.
Gisela Cramer y Ursula Prutsch han investigado acerca del funcionamiento de la Office of Inter-American Affairs en un período que abarca desde 1940 hasta 1946 inclusive. Basándose en los documentos de Estado, afirman que la mayor parte del trabajo consistía en la preparación de informes para ser utilizados por distintos departamentos del gobierno atento a la diversidad y amplitud de información analizada (commodities, sistemas de comunicación, encuestas de opinión pública, etc.). Se trata del primer antecedente oficial de lo que luego se conocería como “estudio de la comunicación”: a través de la utilización de los resultados obtenidos de estas encuestas de opinión pública los miembros del gobierno estadounidense formaron las estrategias de propaganda para concretar objetivos específicos[2]en la región.
Entre esa primera incursión de Rockefeller en la gestión de gobierno y la que aquí nos interesa, pasaron varios presidentes en Estados Unidos: Roosevelt (1933-1945), Truman (1945-1953), Eisenhower (1953-1961), Kennedy (1961-1963) y Johnson (1963-1969).
Fue con la asunción de Richard Nixon que Rockefeller pudo retomar su proyecto sobre Latinoamérica con el plan que venía gestando desde los años cuarenta, y esta vez sin ningún tipo de limitación. The Rockefeller Report on The Americas[3] fue entregado al presidente Nixon luego de la gira por Latinoamérica realizada entre manifestaciones y protestas sociales que tuvieron su punto culmine en nuestro País. Así lo manifiesta el propio Rockefeller en su biografía: “El viaje final, que comenzó el 29 de Junio, fue notablemente una malvenida.”[4]
No sorprende en absoluto que, en la introducción del reporte, un exultante Nelson Rockefeller se dirija a Nixon como “el líder de la nación más poderosa del mundo”. Hasta aquí, el tono del informe no revelaría lo que sí encontramos a través de los registros fílmicos de noticieros, los diarios y hasta incluso la propia biografía de Rockefeller, editada en 2014. Pareciera que su máximo anhelo era mostrar una Latinoamérica acorde al plan de Nixon, donde se obedecería su política exterior sin poner obstáculo alguno.
¿Pero qué podría haber sucedido en Buenos Aires para espantar al incansable conquistador Rockefeller?
Los titulares de los diarios del 1 de julio de 1969 refieren que a su arribo el gobierno de Onganía había declarado el estado de sitio[5]. Mientras que Rockefeller cita haber escuchado las balas que mataron a Augusto Vandor al mismo tiempo en que el Presidente Argentino lo recibía en la Casa Rosada, en la ciudad de Buenos Aires artistas convocados por la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos lo recibían bajo la consigna Malvenido Rockefeller: una exhibición que fue levantada por la policía el mismo día de su inauguración y en la cual se presentaron afiches originales de destacados referentes como León Ferrari, Carlos Alonso, Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Juan Carlos Distéfano, Ricardo Carpani, Luis Felipe Noé, Jorge de la Vega, Diana Dowek, Rómulo Macció y Margarita Paksa, entre otros.
¿Pero qué sucedía en las calles de la Argentina en los meses previos al arribo de Rockefeller?
Según Natalia Vega, Dra en Ciencias Sociales“...el año 1969 fue para el movimiento estudiantil y el movimiento obrero -así como para el frente antidictatorial en general- un año de intensas luchas, masivas movilizaciones, y también, de feroces represiones que culminaron con nuevos asesinatos de manifestantes a manos de las fuerzas policiales o del ejército…”[6]
Vega señala que la estadía de Rockefeller en Argentina duró algo más de 30 horas pero la movilización que su visita generó antecedió a su arribo. Estudiantes, trabajadores, diversos partidos políticos, organizaciones revolucionarias, artistas plásticos e intelectuales de Capital Federal, La Plata, Córdoba, Tucumán, Corrientes, Rosario, Paraná, Santa Fe, Mendoza y varias zonas del Gran Buenos Aires llevaron adelante protestas que costaron vidas, causaron heridos, detenidos y la intervención de varios gremios.
Rosario y Córdoba tuvieron ambas sus “azos”, mientras que Santa Fe tuvo como protagonista principal al movimiento estudiantil universitario. Esto último guarda particular relación con el texto de la carta convocatoria que realizó la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos[7] donde los firmantes señalan: “...Pintores de la Argentina participamos en la resistencia al norteamericano con esta muestra que dedicamos a los gremios, a los estudiantes; y a todas las fuerzas que en América Latina luchan por su liberación…”
En una nota aclaratoria, Vega hace mención a una publicación de Gregorio Selser donde el periodista e historiador argentino plantea que el objetivo último de los viajes de Rockefeller era recolectar la información necesaria para encarar el diseño de un nuevo proyecto que reemplazara a la fracasada Alianza para el Progreso que había sido lanzada por Kennedy, pero que Nixon nunca reeditó ninguna nueva Alianza y que el “Informe Rockefeller” solo sirvió para engrosar las ya nutridas filas de la bibliografía existente sobre la problemática latinoamericana[8].
Esto último guarda total coherencia con los antecedentes del trabajo que Rockefeller venía realizando desde 1940 en la American Social Surveys Inc. Avanzando en su análisis, Selser menciona al Profesor de la Universidad de New York James Petras, quien en 1991 reconocía que “lo mismo en Brasil que en Venezuela, Jamaica, Colombia, Perú y Argentina, se trata de una neoliberarización sin ningún flujo real de nuevos capitales, sino de pillaje liso y llano, de tomar sin dar, sin principio alguno de reciprocidad. Estados Unidos no ve a América Latina como un igual económico sino como a alguien de quien aprovecharse, en función de sus propias necesidades, no es una relación igualitaria”.
Esta visión -décadas después de los hechos que nos ocupan- no difiere en absoluto de lo que estudiantes y gremialistas vislumbraron en los meses previos a la visita de Rockefeller y que los llevó en distintos puntos del país a manifestarse activamente.
Un dato no menor es que la visita coincidió con el tercer aniversario del golpe de Estado liderado por Onganía, algo que habla a las claras del poco tino de quien organizó el viaje o de lo poco que les importaba realmente el tratar con un presidente de facto.
El 30 por la mañana Onganía recibió al visitante en la Casa de Gobierno, mientras era asesinado Augusto Timoteo Vandor[11]. Por la tarde, Raimundo Ongaro ratifica el paro del 1 de junio y anuncia un homenaje para los trabajadores y estudiantes detenidos. Sin demora, el gobierno intervino los gremios afiliados a la CGT de los Argentinos y detuvieron a varios dirigentes.
Al día siguiente sería decretado el Estado de Sitio. El paro se llevó adelante a pesar de todo.
Malvenido Mister Rockefeller es un hito histórico en la historia del arte argentino. Esta fue la primera y única vez en que los artistas dejaron de lado sus diferencias estéticas en pos de llevar adelante una manifestación a través de sus obras. Los afiches eran mucho más que el papel y la imagen impresa, eran una demostración de unidad y lucha. Eran la prueba de que los artistas en tanto personas no estaban ajenos a todo lo que sucedía en el país.
Prueba de ello es la entrevista que Julio Bárbaro[12] le realizó a Ricardo Carpani y a León Ferrari en su programa “La obra de Arte”. Allí ambos artistas coinciden en que Malvenido Mister Rockefeller fue un hecho extraordinario, ya que todos pertenecían a espacios antagónicos. Mientras que Carpani no dejaba de insistir en la banalidad del Di Tella y la arbitrariedad de Romero Brest, Ferrari le reconocía cierto mérito a este espacio de vanguardia para algunos de los artistas que allí trabajaron.
Quizás haya sido el tono conciliador de Ferrari mantenido durante la entrevista lo que obligó a Carpani a reconocer que para concretar Malvenido fue necesario un coincidir de todos los que habían discrepado antes.
Pero para coincidir, primero fue necesario que los artistas que participaban en el Di Tella se revelaran contra el Instituto y se preocuparan por la función social del arte. Y esto tuvo lugar por el gesto conciliador con que León Ferrari acercaba a sus compañeros del Di Tella con los artistas plásticos.
Paralelamente, el Movimiento Espartaco había decidido su disolución atento a que los objetivos que los convocaban como grupo, pasaron a ser los mismos que los de la mayoría de sus colegas: “si una finalidad es común, sus componentes deben integrar esa comunidad mayor”[13].
Y esto de cierto modo impulsó la Lista Blanca -ganadora de las elecciones en 1968 en la SAAP- donde muchos de sus candidatos habían integrado el Movimiento Espartaco.
Como explicaba Carlos Sessano: la SAAP tenía prestigio y era una plataforma ideal desde la que moverse, espontáneamente, se parece bastante a un movimiento, ahora sin nombre, no había dogmatismo, una actitud colectiva beligerante nos unía la violencia y el anti-oficialismo”[14].
Actualmente no es un Rockefeller quien nos visita: la cuestión cambia de nombre, pero no de intención. Por eso hoy le decimos Malvenido al FMI.
Afortunadamente, muchos artistas se han interesado y han aceptado la invitación a crear afiches para la exhibición homenaje a la convocada por la SAAP en 1969. En ellos residen todas nuestras esperanzas estéticas, porque sabemos que lo que está sucediendo y lo que vendrá será tanto o más duro que lo que ya sucedió.
Los que trabajamos en la cultura carecemos de otras herramientas fuera de la creación. De modo que hasta que la muerte nos sorprenda seguiremos trabajando creativamente por consolidar una expresión artística que nos represente.
No podrán quitarnos la pulsión que el arte tiene en nuestras vidas. Por eso, ¡Malvenido FMI!
Cecilia Medina
[1] Georges Landes fue el representante en Argentina para The Export Information Bureau. 10 The Early Days of Survey Research in Latin America. José Luis Ortiz Garza.
[2] Gran parte de la documentación relacionada con American Social Surveys INC., la agencia establecida por Hadley Cantril y George Gallup para evaluar y llevar adelante las encuestas, se encuentra en la sección OIAA. Análisis realizados por Leonard Doob, experto en propaganda, se encuentran por ejemplo bajo el título “División de Planeamiento de Contenidos”.
[3] The Rockefeller Report on The Americas. The official report of a United States Presidential Mission for the Western Hemisphere, by Nelson A. Rockefeller. The New York Times Edition, Chicago Quadrangle Books, 1969
[4] On his own terms. A life of Nelson Rockefeller. The limits of Power page 552. Richard Norton Smith, Random House, 2014
[6] Vega, Natalia - “Malvenido Mister Rockefeller”: Acciones de protesta en 1969, en Rojo y Negro Revista del Centro de Documentación y Estudios Sociales N°2, Santa Fe, 2011, pp. 4-11, ISSN 1853-404X. Edición en línea en http://www.narrativas-memoria.com.ar/, Septiembre 2012.
[8] Selser, Gregorio (1993) “¿Hacia un nuevo concepto económico de Estados Unidos hacia América Latina? Entre la realidad y la fantasía” en Poesía y Cultura, primavera, N°2. Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco, DF, Méjico.
[10] Emilio Mariano Jáuregui era periodista y un activo militante sindical que incluso llegó a ser Secretario General de la Federación Argentina de Prensa , cargo del que fue depuesto al ser intervenida la entidad gremial. Fue emboscado y asesinado por fuerzas policiales. Parcero, Daniel (2010) Trabajadores de prensa. Ladrilleros del periodismo. Editorial Corregidor, Buenos Aires.
[13] Grupo Espartaco: Espartaco 1959-1968. Galería Witcomb, Agosto 1968, Bs. As.
[14] El Movimiento Espartaco: Vanguardia, Arte y Política. Tesis doctoral. Eduardo Bute Sánchez de Hoyos. Dirección: Dr. Fernando Martín Martín y Dr. Rodrigo Gutiérrez Visuales. Universidad de Sevilla. Facultad de Geografía e Historia. Departamento de Historia del Arte. Sevilla, Noviembre de 2013.
[16] Cuaderno de Bitácora, Luis Felipe Noe
[17] Medu significa raíces en idioma Sepedi
[19] Apartheid: sistema de segregación racial mantenido por Sudáfrica y Namibia hasta el año 1992
[21] Salir del fondo: la economía argentina en estado de emergencia y las alternativas ante la crisis. Esteban Mercatante, prólogo de Martín Schorr. Primera Edición. Buenos Aires, 2019, Presentación-página 11
[22] The Rockefeller Report on the Americas. The official report of a United States Presidential mission for the Western Hemisphere, by Nelson A. Rockefeller. Quadrangle Paperback. Quadrangle Books, Chicago, 1969
[24] El European Recovery Program, nombre oficial del más conocido como Plan Marshall, fue un programa mediante el cual Estados Unidos, trató de facilitar la reconstrucción y recuperación de Europa tras la II Guerra Mundial.
Se desarrolló entre los años 1948 y 1952. El plan, que tomó como nombre el del Secretario de Estado que lo diseñó, George Marshall, consistió en proporcionar ayuda por un valor superior a los 12.000 millones de dólares a los países europeos que sufrieron el conflicto