
Cuando Morton Hilbert propuso llevar adelante el Simposio de Ecología Humana para dar visibilidad a los científicos que advertían sobre los efectos que el deterioro del medio ambiente producía en la salud humana, el escenario era muy diferente al que hoy habitamos.
Cuando Rachel Carson presentó su libro Silent Spring y puso en jaque a la industria de los agrotóxicos señalando el daño que producen en humanos y su impacto en la naturaleza, tampoco la situación del espacio que habitamos era como la actual.
Científicos y políticos llevan más de medio siglo anunciando lo que hoy sucede y lo que en las próximas décadas sucederá, sin embargo, la humanidad continúa su crecimiento con creciente actitud consumista y desinteresada por un entorno.
En un ensayo publicado en 1989 en The New Yorker, William McKibben señalaba que “...la química de la atmósfera puede resultar una abstracción o un texto escrito en un idioma extranjero…pero su traducción en el clima de una ciudad nos hará notar el modo en que la vida de cada uno de nosotros cambiará”. Las teorías sobre estos efectos y el calentamiento global tienen su datación en las investigaciones de 1957 de los oceanógrafos Roger Revelle y Hans Suess. Según señala MSEBASTIAcKibben, los estudios realizados por ambos desde California permiten constatar las señales que el océano les dio entonces.
Afortunadamente las expresiones artísticas tienen otro modo de poner frente a nosotros esta sumatoria de conceptos que por décadas los científicos han compartido a través de artículos, ensayos y libros.
Las fotografías de Sebastiao Salgado retratan las mayores atrocidades humanas: la explotación del hombre por el hombre, la deforestación y la exploración minera. También en sus viajes ha documentado los parajes más exóticos del planeta: flores, ríos, montañas, tribus, fauna, todo lo que ha visto en los más de cien países ha quedado impreso en imágenes en blanco y negro que testimonian lo mismo que los científicos afirman. Cada una de esas imágenes son señales de alarma sobre lo que aquí en la Tierra sucede.
Señales que encontramos citadas en la Teoría de Gaia -desarrollada por James Lovelock y Lynn Margulis en los años sesenta- y que se focaliza en lo que sucede en la capa que envuelve la superficie de la Tierra.
Hoy, en las salas del Museo de Arte Contemporáneo de Salta, son otras las imágenes que nos convocan: Santiago Estellano despliega sus trabajos más recientes surgidos alrededor de una pregunta: ¿y si la pandemia actual fuese La Venganza de Gaia?
Inspirado en la mencionada teoría, Estellano transforma en imágenes las reflexiones abordadas por décadas en el ámbito científico internacional. Y estas imágenes -creadas a partir de otras imágenes- contienen en sí el uso poético del collage. Collage que como herramienta plástica está en sintonía con la proliferación de imágenes que la comunicación digital nos impone -exponencialmente aumentada- luego de dos años de aislamiento social por la pandemia.
Si las contingencias atravesadas por el virus Covid19 son una suerte de venganza de la naturaleza, nos urge tomar acción en favor de ella inmediatamente. De lo contrario, estaremos irremediablemente condenados a vivir las próximas primaveras aturdidos por el más profundo y devastador silencio.
Cecilia Medina
Comments